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Agapornis

Muchos de nosotros nos habremos preguntado alguna vez en la vida qué tiene el agarponis para habernos enamorado, ¿su inteligencia?, ¿la sencillez de su cuidado? ¿o puede ser la sociabilidad que tiene con el ser humano?

Géneros de agapornis

¿Qué es un agapornis?

El agapornis roseicollis pertenece a la familia de los Psittaculidae, originarios de África, de los que son familiares lejanos. Vulgarmente, ciertos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o bien afecta, y ornis, que significa ave.

Puesto que el macho y la hembra son inseparables, pasan bastante tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o bien se acorrucan juntos, es un nombre que le viene realmente bien.

Su forma es bastante especial. Se trata de papagayos pequeños, con un total de nueve especies, cuyo tamaño está comprendido entre los trece y dieciseis cm, conforme que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.

¿De qué forma acostumbra a ser el comportamiento de un agaporni?

Los agaporni acostumbran a ser animales bastante fiables con el humano, si bien considerablemente más con lo de su especie y otras aves. En general no acostumbra a ser un animal violento ni que suela agredir, a menos que sea sienta muy conminado. Existen una serie de pistas que asisten a conocer cuál es el estado anímico del ave.

Alegre: en caso de que el agaporni esté contento, va a estar activo, fisgará todo a su alrededor y se va a peinar el plumaje, aparte de producir sonidos. No va a parar quieto un solo instante, lo que probará su buen humor.
Tranquilo: en un caso así el ave va a estirar las patas y posará con las plumas ahuecadas. Asimismo es usual que muestren un estado apacible cuando su cabeza está hacía atrás mientras que están en su percha.
Triste: lo normal es que el agapornis esté en movimiento. Sin embargo, si el ave no se mueve o bien no semeja tan sociable como otras veces, va a ser pues está triste, igual por el hecho de que desea salir de su jaula o bien se siente solo en esta.
Sociable: el agapornis es un animal muy sociable. Con otras aves se puede revisar cuando se dan de comer unos a otros, se ponen los 2 juntos en el palo o bien no paran de emitirse sonidos unos a otros.
Agresivo: no es bastante común ver a un agapornis beligerante, mas si lo está, empezará a agitar las alas emitiendo ruidos incesantes y amenazantes, se lanzarán a agredir con picotas o bien a rasguñar con las patas. Un caso de que puedan estar de esta manera es pues piensen que sus crías están en riesgo.

¿Cuánto vive un agaporni?

Es buena pregunta. La verdad es que la esperanza de vida de estas aves no cambia en base la especie, sino aproximadamente todas y cada una acostumbran a vivir lo mismo. Además de esto, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos doce años, mas con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los quince años sin inconvenientes siempre que se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados convenientes. No es algo bastante difícil, pues el animal solo precisa de unos veinte minutos de atención al día.

¿Se puede saber el sexo de un agapornis?

Todo el planeta afirma que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para saber si es macho y hembra, pues los huesos de la pelvis del macho están más juntos al tiempo que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Mas hay otras pautas que asisten a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, al revés que en otras especies, las hembras acostumbran a ser más grandes que los machos, debido a la dura labor de poner los huevos. La cabeza de las hembras acostumbra a ser redondeada y con el pico más grande, al tiempo que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras acostumbran a ser más beligerantes y territoriales con otras aves que los machos.

¿De qué forma se puede lograr la confianza de un agapornis?

Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan reposadamente a sus agapornis del hombro o bien en su mano. Esto no es una cosa que se logre del día por la mañana. Precisa de un buen tiempo de trabajo y paciencia a fin de que el ave coja confianza con su dueño.

Al comienzo lo mejor es sostener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se va a sentir un tanto triste. Además de esto, se hallará en un entorno que no conoce, lo que lo va a poner un tanto inquieto. De tal modo que, a lo largo de los primeros días hay que eludir tocarlo o bien procurar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a procurar ganarse la confianza del ave. Para esto lo mejor es que la jaula esté ubicada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o bien un comedor. Poquito a poco hay que acercarse a la jaula y vocalizar su nombre, a fin de que se vaya habituando a la palabra. Mas si se aprecia que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se va a ir acercando al dueño a reconocerlo. Mas todavía no va a estar listo para dejarse tocar.

Va a llegar un instante en el que el animal no se atemorizará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En un caso así hay que procurar comenzar a darle comida de manera directa de la mano, sosteniendo la cama en todo instante. Al comienzo el animal es posible que dude en acercarse, mas poquito a poco lo va a hacer. Tal vez no se logre a la primera, mas lo terminará haciendo.

Cuando ya se logre que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de comenzar a procurar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar levemente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Posiblemente se baje enseguida, con lo que en ese instante hay que dejarlo estar y regresar a probarlo al día después. Al poco tiempo se habituará a subirse al dedo, y entonces va a ser el instante de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, puesto que no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le circunda.

¿Es conveniente dejar que el agapornis salga de su jaula?

De la misma manera que con los periquitos, no existe inconveniente en dejar que el agapornis salga de la jaula para divertirse volando por la casa. Mas esto solo hay que hacerlo cuando el ave ha ganado algo de confianza con su dueño y con el resto de personas que hay en la casa.

Se le puede dejar volar por la casa, mas siempre que estén todas y cada una de las ventanas cerradas, si bien al comienzo lo más conveniente es cerrar la puerta de la habitación en la que se halle la jaula para eludir inconvenientes. Cuando el ave se canse de explorar, mismo volverá a su jaula. Y si no lo hace, es suficiente con ponerle un tanto de sus snacks preferidos a fin de que lo haga.

No hay que preocuparse pues se dé golpes con los muebles, pues esto es frecuente cuando no conoce la estancia en la que se halla.

La jaula, ¿de qué forma debe ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que adquirir una jaula que sea de calidad, al fin y al cabo, va a ser dónde viva el ave a lo largo de su vida.

Comencemos por el tamaño. Se acostumbra a decir que “cuánto más grande mejor”, mas tampoco hay por el hecho de que “irse como mucho grande”. Para una pareja, por poner un ejemplo, la jaula debería ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto. Con lo que para el caso en el que se tendrá una sola debe ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Mas lo mejor es que sea una concebida para 2 aves, por el hecho de que de esta manera el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además de esto, las jaulas siempre y en toda circunstancia tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se terminan haciendo pequeño.

La manera de la jaula es tan esencial como el tamaño. No ha de ser redonda, puesto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse sosegados, pues todos y cada uno de los puntos de la jaula son iguales. Tampoco debe ser una jaula con forma de casa, puesto que al estar fabricadas en su mayor parte por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Con lo que, la opción mejor es una jaula cuadrangular con barrotes horizontales a fin de que se puedan sujetar con las patas o bien el picos. La distancia entre los barrotes no ha de ser de más de uno con cinco cm, eludiendo con lo que puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por ahoga.

Cuando menos la jaula debe tener 2 puertas, una a fin de que se les pueda dirigir el agua y el alimento, al tiempo que la otra va a ser a fin de que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o bien a fin de que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por la parte interior se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda tomar el animal, singularmente en verano.

Hay muchos debates sobre la reja inferior en las jaulas de los agapornis. Es verdad que si está no existe, es más simple de adecentar, mas asimismo hace que estos animales coman el alimento que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada aconsejable.

En el fondo de la jaula hay que poner algo que deje que sea simple de adecentar, como papel de cocina o bien de periódico, así como tierra singular para aves o bien maíz triturado. No hay que utilizar jamás tierra para gatos, pues su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco utilizar papel perfumado.

¿Qué hay que poner en la jaula del agapornis?

Por lo general, cuando se adquiere una jaula para agapornis esta ya tiene unas perchas de plástico incluidas. No es que sean malas para ellos mas tampoco les favorecen, pues con el plástico no pueden lijarse las uñas. Las que si que no son aconsejables, si bien insistan en las tiendas, son las perchas limauñas, pues son rasposas y pueden dañar sus patas.

Lo mejor es recurrir a las perchas de ramas naturales. En nuestros días se pueden hallar en las tiendas una extensa pluralidad de estas perchas, o bien fabricarlas de forma casera. No son perjudiciales para las aves y pueden lijarse las uñas sin inconvenientes en ellas, aparte de poder saltar de una rama a otra y de esta forma hacer un tanto de ejercicio en la jaula.

El mayor fallo que comenten la mayor parte de dueños primerizos es atestar la jaula con un sinnúmero de juguetes, lo que de verdad hace que los animales tengan poquísimo espacio en el que moverse en tanto que la jaula termina muy llena. De ahí que hay que adquirirles solo dos juguetes, como una cuerda o bien un columpio. Al revés que otras aves se les puede poner un espéculo, mas no es ventajoso para el ave, puesto que se sienten atraídos por si acaso mismos al creerse que de veras tienen un compañero en la jaula y no se van a querer separar de él.

¿De qué forma hay que adecentar la jaula y al agapornis?

Los agapornis son aves muy limpias, y se puede revisar viendo como cada 2 por 3 están arreglando sus alas. Al fin y al cabo son bastante presumidos. De ahí que les agrada vivir en jaulas que sean muy limpias.

Una vez a la semana hay que desinficionar por completo la jaula, incluyendo los barrotes y los juguetes, utilizando una gamuza (solamente para esta labor) con agua temperada con un tanto de lejía diluida. Entonces hay que enjuagarla para eludir que queden restos y secarla con un paño o bien una toalla.

En cuánto al ave, lo normal es que se limpie solo las plumas, mas se le puede poner una taza grande, o bien un cuenco de importante tamaño, con agua a fin de que se dé un baño y solo se va a lavar. No le acostumbra a agradar mucho que sean los humanas quienes lo limpien, conque es mejor dejar que lo haga solo.

¿Dónde hay que situar la jaula?

¿Es bastante difícil hallar la localización idónea para la jaula de un agapornis? Puesto que puede ser un buen cefalea. Por el hecho de que debe estar ubicada en un sitio dónde no pasen corrientes de aire, esto es, no ha de estar cerca de puertas ni ventanas ni en balcones, como equivocadamente hacen muchos.

El sitio indicado es que la jaula esté en un sitio donde 2 unas partes de exactamente la misma estén pegadas a la pared, lo que le va a dar una sensación de seguridad al ave, que esté libre de humos y de luces que le puedan de forma directa.

¿Qué comen los agapornis?

La nutrición de estas aves es bastante esencial, pues acostumbran a tender a engordar sino más bien salen de su jaula para estirar las alas. De ahí que su dieta debe estar compuesta por una dieta equilibrada.

Lo normal es que los agapornis coman una mezcla que esté compuesta por diferentes géneros de semillas de un tamaño medio, en las que no hayan pipas ni tampoco grasas que puedan hacer engordar al animal. Estas se hallan en el mercado, siendo la composición ideal: un cuarenta por ciento de alpiste, un doce por ciento de mijo amarillo así como un doce por ciento de mijo blanco, ocho por ciento de cártamo, cuatro por ciento de trigo sarraceno un seis por ciento de cañamón, un dos por ciento de avena pelada, un seis por ciento de mijo colorado, un seis por ciento de linaza y un cuatro por ciento de negrillo.

No obstante el agapornis puede tomar otro género de comestibles, para asegurar el buen estado de su salud esto es imprescindible. Así, algo extra que se les puede dar es un pienso pensado singularmente para ellos, lo que les aportará muchos nutrientes que les va a ayudar a estar sanos. Posiblemente al comienzo no se lo quieran comer, mas con el tiempo lo admitirán como una comida más.

Es conveniente que dos días por semana en la dieta tenga ciertas frutas y verduras a fin de que su organismo pueda percibir verduras. Entre las más aconsejables se hallan las fresas, la naranja, la manzana, la pera, el pomelo, la mandarina, la papaya, los ajos tiernos, la lechuga, el maíz o bien las judías verdes. Todo bien picadito a fin de que les resulte considerablemente más simple de comer.

No obstante, tienen una serie de comestibles prohibidos pues pueden ser mortales para estos, como el aguacate, las patatas, la calabaza, la carne, café, perejil, bebidas alcohólicas y gaseosas, el chocolate, dulces o bien comestibles salobres. Tampoco se les puede dar de tomar leche en vez de agua, puesto que les puede generar arduos problemas digestibles.

Para asegurarse que el ave esté sana, en especial a lo largo de temporada de cría, lo mejor es darle ciertas vitaminas. Estas se les puede proveer a través del agua, en pequeñas dosis a fin de que el animal no las advierta y no les haga “ascos”. Hay muchas marcas pensadas en especial para estas aves, con lo que hay que asistir a ellas.

Hay que meditar que cuando son pequeños, las crías no pueden comer lo mismo que los progenitores. En estos casos hay que buscar pastas de cría, pensados en especial para los más pequeños de la jaula. Muchos estudios han probado que las crías que se nutren de esta clase de pastas medran mucho mejor. Se pueden localizar en los mercados muchas variedades, que se han fabricado en cooperación entre las grandes marcas y criadores profesionales.

¿Qué enfermedad puede tener un agapornis?

Los agapornis no están libres de enfermedades. Ciertas pueden ser mortales, mas otras, si se advierten a tiempo, pueden curarse en unos poquitos días.

Acariasis respiratoria: el ave respira fatigado, le raspea la garganta y tiene las plumas revueltas. Por lo general se debe a unas ácaros que anidan en las mucosas de la garganta. Se puede sanar de manera fácil con unos antibióticos.
Catarro: el catarro común le complicará respirar, emitirá mucosas por sus agujeros nasales y va a tener las plumas revueltas. Si ha cogido un catarro, es pues se halla en una zona con fuertes corrientes de aire.
Asma: Va a respirar cansado y se va a sentir abatido. Esto es debido a que se halla en una zona de la casa con demasiada humedad o bien que hay bacterias o bien hongos en su comida. Lo mejor es entremezclarle antibióticos con los comestibles a fin de que se recupere.
Disenteria: Comenzará a soltar heces blandas, sus movimientos van a ser brucos, mas con desgana y posiblemente picoteen el alimento de forma violenta en los casos más graves. Se puede generar por que consuma comestibles que estén en mal estado o bien un exceso de frutas o bien verduras que estén demasiado maduras.
Coccidiosis: El síntoma más habitual es que sus heces tengan sangre debido a unos parasitos que le han contagiado. En estos casos hay que desinficionar la jaula y los comestibles antes que los vaya a comer.
Colibacilosis: No tienen apetito y acostumbran a pasar el día durmiendo y cualquier cosa les sienta mal. Puede ser una enfermedad mortal, con lo que hay comenzar a darle antibióticos cuánto ya antes.
Enteritis: No va a tener hambre por culpa de la inflamación intestinal, mas si mucha sed. Va a tener unos parásitos en el organismo por culpa de haber ingerido comido comestibles en mal estado o bien por un agobio emotivo. Hay que darle antibióticos con el agua para asistirle a expulsarlos.
Muda anómala: De súbito empezará a tener unas partes del cuerpo desplumadas, con un plumaje desfigurado y revuelto. En estos casos hay que darle comestibles con muchas vitaminas. Acostumbra a ser común por sentirse solos o bien haber perdido a su compañera sentimental.
Parásitos externos: Ácaros, piojos o bien otro género de parásitos se le va a ver por los plumajes. En estos casos hay que adecentar bien la jaula y darle un sitio dónde limpiarse al ave.
Pulmonía: Va a respirar con complejidad debido a la mucosidad en los agujeros nasales. Como el catarro, se genera por tener la jaula ubicada en una zona con fuertes corrientes de aire. Hay que darle antibióticos y vitaminas para asistirle a recobrarse.
Psitacosis: Es una enfermedad poco común en nuestros días, de origen viral, mas que en ciertas ocasiones se da. No tiene cura y es mortal asimismo para el humano. El ave va a estar inquieta, con mucho sueño, no va a comentar no tomará y va a tener fuertes ataques de diarrea.
Picaduras: Si existen muchos mosquitos en la casa no va a ser extraño que el ave presente ciertas picaduras. En estos casos hay que poner ciertos protectores en la jaula para eludir el paso de los mosquitos. Si el ave ha sufrido picaduras, hay que aplicarle una pomada singular en la zona perjudicada.
Salmonelosis: Si bien va a parecer que esté flaco, su vientre va a estar muy hinchado, su respiración va a ser trabajosa, va a tener mucha sed, mas pocas ganas de comer. Hay que suministrarle antibióticos y vitaminas de tipo B con el alimento.

¿Qué pasos hay que proseguir para entrenar a un agapornis?

Ciertos llaman, con bastante acierto, al agapornis “perrito con plumas”. No es para menos, en tanto que estos animales son bastante listos y se les puede entrenar, con bastante perseverancia en el adiestramiento, a fin de que puedan aprender algún truco que instruir a los convidados.

No, no charlará tan bien como otros papagayos, mas si que posiblemente cuando lo llames vaya hasta a ti, te quite el lapicero con el que estés escribiendo o bien tome agua de uno de los vasos de la mesa. Aun que se suba a la cabeza para picotearla afectuosamente (ciertas personas les dan de comer de manera directa de ella).

  • El entrenamiento de este ave debe comenzar a emptrana edad, cuando tienen unos un par de meses o bien 3, aproximadamente. Es la etapa dónde más está ya listo para aprender algo nuevo. Eso sí, hay que tener en consideración ciertas cosas.
  • Si bien le pueda interesar mucho aprender trucos nuevos, posiblemente el ave se finalice aburriendo de hacer lo mismo una y otra vez, con lo que si se aprecia que ha perdido interés en el ejercicio, lo mejor es dejarle apacible.
  • Día tras día hay que dedicarle dos sesiones al adiestramiento, con mucha paciencia, pues al comienzo va a costar que haga caso.

Hay que premiarlo siempre y cuando haya hecho algo bien con un snack o bien su comida preferida. Mas a fin de que le resulte más “especial”, debe ser algo que coma solo en ocasiones. Una gominola que como mucho le des dos veces por semana, lo que le va a hacer esmerarse el doble para comerla.

Cuando comience el adiestramiento, la sala en la que entrene ha de estar cerrada, para eludir que se escape por la ventana o bien por la puerta.

No hay que forzarlo a hacer lo que no desea. Si bien ya tenga un vínculo con su dueño, puede ser un tanto reluctante a probar algo nuevo por más que le llame la atención.

Posiblemente te picotee a lo largo de los primeros días del entrenamiento. En un caso así hay que decirle “no” y meterlo nuevamente en la jaula, a fin de que aprenda que eso no es una cosa que pueda hacer cuando desee.

Lo normal es que a esta ave el truco que se le enseñe sea el de subir al dedo o bien ir a comer de la mano. Al comienzo esto hay que hacerlo en la jaula, mas cuando el ave tiene ya cierta confianza y se deja sacar subido al dedo del dueño, se puede comenzar a demostrar que este asista al escuchar el nombre. Al comienzo va a haber que estar cerca de la jaula, y después, poquito a poco, ir extendiendo la distancia, a fin de que se acostumbre a ir solamente oiga su nombre. Si lo logra, hay que recompensable con la gominola que más le guste.

Entre otras muchas cosas se le puede instruir a ir a la mesa a fin de que coma con el resto de la familia o bien con los convidados, aun que haga alguna pequeña jugada para captar la atención de los que estén en la casa. Eso si, bajo concepto alguno hay que cogerlo por fuerza, pues esto le hace perder confianza. Si comienza a sobrevolar la sala, hay que dejarlo que sea exactamente el mismo quien regrese a su jaula.

¿Qué has de saber de la cría de los agapornis?

Si bien lo normal es que estas aves hagan mismos sus nidos, se les puede poner un nido artificial a fin de que vivan en él, que sean de madera o bien nidos mochileros. Además de esto, estos nidos han de ser extensos, puesto que tienen entre 4 y 6 huevos en todos y cada puesta.

No hay que asustarse en el caso de apreciar que la hembra se vuelve más beligerante, puesto que cuando están en celo, es lo normal. Deseará estar en el nido y va a ser el macho quien la nutra regurgitándole el alimento en el pico. Una forma de probar el amor que se procesa. No hay que forzarlas a criar, sino más bien la naturaleza debe continuar su curso.

Puesto que la hembra a lo largo del tiempo de cría está tan enclenque, hay que nutrirla con una comida que tenga calcio, una pieza de fruta o dándole ciertas vitaminas con este mineral en el agua, a fin de que se robustezca.

Tras el apareamiento, la hembra va a entrar en el nido y no va a salir más. Va a poner un huevo un día y otro no, pudiendo llegar hasta los seis huevos. En el momento en que estos están puestos, hay que aguardar unos veinticuatro días de incubación a que nazcan los pollos y otro mes y medio a que estos sean lo suficiente independientes para que tengan su módulo en la jaula.

¿Qué más precisas saber para cuidar bien a tu agapornis?

Ya teniendo presente de qué manera hay que cuidar a tu agapornis, ¿deseas unos últimos consejos finales?

  • Es esencial no pasarse dándole gominolas, en tanto que engordan con sencillez. Hay que habituarles a que un beso, una caricia o bien una loa asimismo pueden ser un premio.
  • Al procurar entrenarlo es esencial que los adiestramientos no superen los veinte minutos, a fin de que no se agote. Con que practique veinte minutos al día, va a estar feliz con el dueño.
  • Posiblemente, si procuras darle de comer de la mano, al comienzo te picotee. En un caso así no hay que separar la mano, en tanto que comprenderá que su pico es su arma y lo podría emplear para agredir.
  • Al establecer un vínculo con el ave, como tocarlo, hay que estar apacible, en tanto que advierten el nerviosismo y esto causa que asimismo se pongan inquietos.
  • No hay que chillar jamás a un agapornis ni tampoco hacerle daño, puesto que esto produce temor y falta de confianza.
  • Debe pasar al menos veintidos horas en su jaula, a fin de que no se acostumbre tanto al exterior. Está bien dejar que salga de exactamente la misma, mas que sea solo para comer de tu mano o bien para enseñarlo a los amigos cuando esté adiestrado.

Semeja que recientemente todo el planeta tiene un agapornis, se ha transformado en la mascota de tendencia. Y no me extraña, pues los agapornis son unos pájaros de lo más simpáticos. Además de esto son bellos, le alegran el día a cualquiera.

Hasta no hace mucho jamás habíamos oído charlar de este curioso animal. Podría decirse que es un animal exótico, en tanto que no ha crecido acá por naturaleza sino más bien por exportación. ¡El agaporni es natural de África! ¿Piensas en criar uno, o bien en tener una pareja? Te cuento ciertas curiosidades…

Familia de los periquitos, se les considera papagayos en miniatura. Son pájaros muy coloridos, si bien prevalece el verde; y tienen aproximadamente el tamaño de una fotografía, entre trece y diecisiete centímetros. ¡Puedes imprimir una fotografía de tu agaporni a tamaño real!

Y una curiosidad sobre su nombre. La palabra agapornis viene del heleno, es una palabra compuesta por agape y ornis. Agape significa amor; y ornis, pájaro. Es un nombre con significado en tanto que son aves muy cariñosas con su pareja: si crías juntos un macho y una hembra los vas a ver en muchas ocasiones acariciándose, tal y como si estuviesen seduciendo. No te fatigarás jamás de observarlos.

Si lo piensas de verdad, lo que prosigue te interesa: qué especie escoger, de qué forma cuidar los agapornis, enfermedades, alimentación (conoce como cuidar su alimentación), cría (descubre diez consejos para criar un agapornis papillero) y reproducción (descubre como acrecentar el número de nacimientos). Voy a comenzar con las especies de estos bellos papagayos pequeños.

Tabla de contenidos

¿Cuántas especies de agapornis hay? Los agapornis papilleros

Habrás oído charlar de los agapornis papilleros. Si has buscado información, te habrás dado cuenta de que no es una especie en sí. Este es el nombre común para los agapornis que se apartan de los progenitores cuando son pequeños y se crían a base de papilla.

¿En qué momento se saca del nido a los agapornis papilleros?

Lo idóneo es a los veinte días de eclosionar (salir del huevo). Si a los veinte días son pequeñísimos y frágiles – ni tan siquiera se tienen de pie – imagínate sacarlos del nido ya antes de ese tiempo. En cambio, si tardas considerablemente más, podría no amoldarse a tus cuidados. Es esencial respetar el “horario” de los agapornis papilleros en pro de su bienestar y salud.

¿Y los agapornis no papilleros?

Se llaman agapornis salvajes. Ojo, eso no quiere decir que te vayan a agredir, sino se han criado ‘solitos’, por decirlo así. Vamos, con sus progenitores. Cualquier especie de agaporni puede ser salvaje o bien papillero, en dependencia de de qué manera lo críes.

Hay nueve especies y seis sub especies, quince en suma. Voy a centrarme en las especies primordiales a fin de que veas las mayores diferencias. Ten presente que las más frecuentes y simples de localizar son la Fischeri, Personatus y Roseicollis – las 3 primeras de la lista.

Fischeri

Esta especie fue descubierta en mil ochocientos ochenta y siete por el doctor Fischer, en la clasificación se hizo honor a su descubridor. Este agapornis es original de Tanzania (al sur-este de África), lo hallaron cerca del lago Victoria. En la naturaleza no es frecuente verlo mezclado con otras especies, si bien todos sean exactamente la misma clase de pájaro.

Es de las especies más frecuentes siendo parcialmente simple de cuidar y hacer que críen. Como peculiaridades físicas resaltables (conoce la anatomía y morfología de un agapornis Fisher) está el tono del pico, colorado intenso, y las plumas de la máscara (lo que sería la cara del ave, arrancando desde el pico cara atrás), son de color colorado anaranjado. El tono de las plumas va mudando poco a poco hasta hacerse verde, pasando por un bello amarillo prácticamente oro. Es bello. Mide unos quince centímetros, prácticamente semeja de juguete mas hay que rememorar que es un ser vivo.

Personatus

Se descubrió esta ave en exactamente la misma temporada y por exactamente la misma persona que los A. Fischeri. Los personatus se hallan en su estado natural apenas a sesenta quilómetros de la especie ya antes mencionada; en verdad son vecinos, no obstante estos tampoco se atreven a entremezclarse. Ya puedes ver que, si bien con las primeras especies que te miento son simples de hacer bandada, no es conveniente entremezclarlas entre sí.

Estos agapornis se identifican por tener las plumas de la cabeza negras o bien de color gris muy oscurísimo, mas el pico prosigue siendo colorado. La zona del cuello es amarilla y el resto del cuerpo verde refulgente. Los ojos resaltan por el anillo blanco que los rodean. En esta especie hay algunas mutaciones en las que cambia el color. Una que llama singularmente la atención es el A. Personatus Azul, que cambia el amarillo por blanco (o bien blanco grisáceo) y el verde por azul. Hasta el momento en que no seas un especialista en agapornis mejor concéntrate en las especies puras, como adiestramiento.

Roseicollis

De todos y cada uno de los agapornis, los roseicollis son los más extendidos como mascota. Más aun que los Fischeri y los Personatus. Tal vez por la viveza de sus colores, o bien por las condiciones de cría convenientes. O bien tal vez por las dos cosas. Cuando vayas a adquirir uno, prácticamente seguro que es la especie que te ofrecen, especialmente si jamás has criado aves de esta clase.

Estos son un pelín más grandes, miden dieciseis centímetros de largo; y con respecto a los colores, son casi verdes salvo las plumas de la cola, que tienen algo de azul. Hay 2 variedades principales: una tiene la máscara de color colorado más intenso, y la otra más clara, tirando a rosada. Por el resto, son casi iguales. El anillo blanco alrededor del ojo es más fino que en la mayor parte de especies que lo tienen.

Si bien si comenzamos a charlar de mutaciones, existen muchas. Prácticamente de todos y cada uno de los colores que te puedas imaginar. Canela, naranja, turquesa, violeta… colores muy atractivos para un pájaro, ¿no crees? Te confieso que me agradaría tener dos agapornis turquesa.

Canus

Con el Canus comienzo a hablarte de las especies menos conocidas. O bien mejor dicho las especies menos extendidas entre los ‘aficionados’. En los criadoeros de agapornis sí que los puedes hallar, mas es más bastante difícil cuidarlos en casa.

Esta especie se produce en la isla de Madagascar, de las más pequeñas con solo catorce centímetros. Es una de las 4 variedades de agaporni que hay una clara diferencia entre el macho y la hembra en el tono de las plumas. El macho tiene la cabeza, el cuello y el babero, o bien el pecho, de color gris; al paso que la hembra es casi de color verde. Hay una sub-especie en que los 2 ejemplares son más oscuros, y el macho tiene una ligera coloración violeta en las plumas grises.

Si escogieras esta especie, ten presente que son aves altamente sensibles al agobio, en especial el Canus. Aparte de que va a ser bastante difícil de hallar, hay que tener mucha paciencia para lograr que procreen. Bien sabes lo que afirman, paciencia y una caña.

Taranta

Este es el más grande de los agapornis, con diecisiete centímetros de largo. Es un ave bastante resistente debido a su origen montañoso (la cadena montañosa Taranta, de Etiopía) a unos mil trescientos metros de altitud. En esta especie asimismo se distinguen el macho y la hembra por el tono de las plumas, aunque son diferencias más sutiles. Como las diferencias son mínimas, si comprarás una pareja hazlo cuando ya tengan sus plumas terminantes. Como esta especie comienza a ser fértil a los un par de años no hay razón para tener prisa. En caso contrario podrías adquirir 2 machos o bien 2 hembras… ¡se fastidió el invento!

Nigrigenis

El Nigrigenis, al contrario, es el más pequeño, con trece,5 centímetros de longitud. Los tonos de las plumas combinan el color con diferentes tonos de verdes, y una mácula naranja salmón en la parte delantera. Asimismo tiene anillos blancos en los ojos, que los hacen más vivos y saltarines.

Esta especie de agaporni se considera en riesgo de extinción, y las leyes de múltiples países regulan su cría y prohíben la atrapa de este ave en libertad desde mil novecientos noventa y ocho, en especial en Zambia – su país de origen. Holanda y Bélgica han construido una enorme reserva de Nigrigenis, y Alemania ha desarrollado programas de cría en cautividad para Nigrigenis y Lilianae, otra especie que amenaza con desaparecer.

Lilianae

Esta es la otra especie semi-protegida. Si bien no en estado tan avanzado como el nigrigenis, asimismo se halla en programas de protección y cría, como el que te afirmaba de Alemania. Es realmente difícil hallarlos en cautividad, y menos aún en venta.

Para mí, estos son los más bonitos. Más que colorados, son anaranjados en el pico, la máscara y la cabeza, siguiendo con un amarillo refulgente y el cuerpo de color verde. Lo corona el anillo blanco que rodea el ojo… es simplemente una maravilla de pájaro. Además de esto son más pequeños (solo trece cm) y más finos, conque semejan más diligentes y curiosos que el resto de agapornis.

Si logras localizarlo, es la especie que te invito a . Se amoldan enseguida a la presencia humana, es simple hacerse sus amigos. La convivencia es agradable y los cuidados que precisa este agaporni son los habituados a cualquier otra pluralidad.

Pullarius

El pullarius es un agaporni realmente difícil de criar. Es realmente bonito, con muchos matices de colores en los que prosigue prevaleciendo el verde. Mide quince cm, y el pico es anaranjado. El macho y la hembra tienen un aspecto diferente que ayuda a distinguirlos.Las costumbres de esta especie son cuanto menos curiosas, muy, muy diferentes del resto de agapornis. En lugar de edificar un nido, habitan en termiteros. ¡Con la cara de pocos amigos que tienen las termitas! Acostumbran a agredir a cualquier intruso que se meta con ellas, mas impresionantemente se portan de otro modo con nuestros amigos alados. El beneficio para la hembra es que puede poner sus huevos en el termitero y ausentarse largos periodos de tiempo, en tanto que por la constitución y el material de que está hecho su “nido” conserva el calor y sostiene a los polluelos con vida.Famosa esta relación pullarius-termitas, es simple entender la complicad de hacer que los pullarius críen en cautividad. Es verdaderamente complicado, la mayor parte mueren al poco tiempo de nacer en otras condiciones que no son las naturales o bien a los poquitos días de ser importados. Y cuando digo la mayor parte me refiero al noventa y cinco por ciento . Mejor logra otra especie, le vas a hacer un favor al animal.Swindernianus
Esta especie es imposible de lograr, puesto que nunca se ha importado a Europa. Hay tres sub-especies: una propia de Liberia, otra del Congo, y la última de Uganda. Es de los más pequeños, de trece cm, y es realmente difícil de extraer en tanto que vive en lo más profundo de la selva tropical. Asimismo es bastante difícil imitar su alimentación natural en un ambiente tan diferente como es Europa, con lo que deberás conformarte con un Fischeri o bien un Roseicolli.¿Deseas tener uno? Cuidados agapornis y alojamiento

¿A que entran ganas de tener uno? Puesto que mejor ten 2 o bien más agapornis juntos. Si no, dedícale mucha atención. No es un animal de compañía, es un animal que precisa compañía. ¿Notas la diferencia? Hay que estar presto a cuidarlos cuando los compras.

Si lo tienes desde el momento en que es pequeño, a los veinte días de romper el cascarón, debes tener un periodo de treinta o bien cuarenta días libre prácticamente al cien por ciento para el pájaro. Las primeras semanas son fundamentales, puesto que precisan que los sostengas calentitos y que les des de comer cinco veces al día. Conforme vayan medrando los cuidados agapornis dismuyen, mas hasta el momento en que estén creciditos y coman solos deberás estar atentísimo.

Si los quieres para mascota con una jaula es suficiente. Mas si deseas que críen hay que alojarlos adecuadamente. Lo más habitual es un aviario. Cuanto más grande mejor: hay que eludir que se sientan incómodos. Si les falta espacio podrían atacarse entre sí, y sería una lástima. Tampoco debes unir múltiples especies, no acostumbra a agradarles y causa inconvenientes. Quizás, te puede interesar sobre la convivencia entre agapornis papilleros y salvajes.

Un aspecto esencial de los cuidados agapornis es la cantidad de nidos. Si tienes cinco parejas, pon cuando menos siete nidos, no hay que obligarlos a emparejarse. Ya lo van a hacer solos. Es mejor que sobre alguno a fin de que, en el caso de quedar 2 ‘solteros’ tengan donde dormir y no se agobien.

El agobio es otro factor esencial. Los agapornis son aves que precisan mucha calma y paciencia. Los cambios bruscos o bien las situaciones agobiantes pueden ocasionarles trastornos sensibles y provocarles enfermedades, aun la muerte. Es esencial tener claros los cuidados de los agapornis ya antes de adquirirlos para cerciorarse de que estarán en estupendas condiciones. ¿Mas qué sucede si el pájaro enferma?

Las enfermedades propias de un agaporni

Por norma general los agapornis son aves bastante frágiles. Hay que tener mucho cuidado a fin de que no enfermen, y observar su aspecto. Cuando adquieras uno nuevo, ya antes de juntarlo con el resto déjalo unos días en cuarentena para observar su comportamiento. Préstale atención a fin de que no se deprima, y no me confundas un animal enfermo con uno que se siente solo.

Si ves al animal decaído, encorvado o bien con las plumas erizadas es síntoma de que algo le ocurre. Lo que debes hacer es separar al pájaro enfermo de la bandada a fin de que no contagie al resto y llamar inmediatamente al veterinario. No merece la pena que juegues con la salud del ave y te aventures a darle cualquier cosa. Mejor déjalo a cargo de un especialista.

Algo frecuente en los agapornis es la llamada enfermedad del pico y las plumas, las infecciones intestinales y las urinarias. El inconveniente acostumbra a estar en la alimentación, especialmente si el inconveniente es recurrente.

Asimismo debes tener precaución para no contagiarte . Hay hongos, virus y bacterias que pueden pasar de los animales a las personas. No es a fin de que te amedrentes, mas si uno de los pájaros está enfermo, ten más cuidado de lo habituado.

Si sostienes la jaula limpia, desinficionada y en buen estado y cuidas la salud de las aves vas a poder gozar de tus agapornis unos doce años, que es la esperanza de vida media.

Refererir que a través del siguiente link puedes conocer sobre sus posibles enfermedades.

La alimentación de los agapornis

La alimentación agapornis es esencial para sostenerlos en buena salud y tengan energía para jugar, cantar y revolotear. Estos pájaros, cuando se hallan en libertad, comen todo género de semillas, frutas, bayas, insectos y flores.

Conque lo mejor es sostener una dieta variada y equilibrada. En el mercado existen todo género de piensos y semillas con una composición conveniente, aun hay piensos singulares para agapornis.

El agua asimismo es fundamental. A los agapornis les chifla zambullirse en el agua, conque debes tener precaución de que se sostenga limpia. Una buena costumbre es ponerles un recipiente con agua a fin de que jueguen un rato por la mañana y después dejarles el abrevadero limpio. Se habitúan de forma fácil a los horarios.

Si los vas a criar a mano (con papilla), conforme vayan medrando debes darles mijo en rama, a fin de que se habitúen a una alimentación agapornis equilibrada. Les aportará las vitaminas que precisan.

Quizá, te puede interesar de conocer cuarenta frutas y verduras ventajosas para un agapornis y consejos para cuidar su alimentación.

Cría y reproducción

Lo primordial es adquirir parejas que no estén relacionadas. Si fuesen descendientes o bien hermanos, la pareja ya no daría buenas crías. Una cantidad moderada para iniciar es suficiente, sobre todo para supervisar el parentesco de los pájaros que crían.

Un buen procedimiento es anillarlos (descubre ¿de qué manera anillar a un agapornis) y anotar en algún sitio seguro qué agapornis son los progenitores de qué crías, para regresar a emparejarlos adecuadamente. En general son fieles a su pareja para toda la vida, mas hay que tener en consideración las nuevas crías.

Si te resulta interesante criar pájaros de calidad (conoce si un huevo está fecundado o bien no), debes escoger realmente bien a los futuros progenitores teniendo presente sus ancestros. Las aves que proceden de aviarios con buenos pájaros acostumbran a ser buenos progenitores. Cuando adquieras un agaporni con vistas a la cría, pregunta por “la familia”.

Y al reparar la jaula o bien el nido (aprende como hacer un nido), intenta que sea agradable. Deja a mano para la hembra ramitas frescas de plantas que hallaría en su hábitat natural a fin de que se arregle el nido a su gusto. De esta forma va a ser más simple que críen.

El planeta de los agapornis es realmente bonito cuando se sabe cuidarlos bien. Son animales que precisan atención, mas son muy agradecidos. Y además de esto aprenden veloz cuando  les enseñas. Si deseas tener una pareja de agapornis te animo a que estudies un tanto más y de esta manera tenerla en estupendas condiciones.

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agaponi es incorrecto

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