
El oso de quevedos es además de esto una de las especies de osos más conminadas del planeta, si bien no al extremo del oso panda gigante, que es su más próximo familiar entre las especies vivas.
Las hembras de quevedos son llamadas de forma frecuente “vacas”, los machos “verracos” y los jóvenes “cachorros”.
Descripción
Los osos de quevedos son normalmente los osos más pequeños de la familia Ursidae. Los machos de la especie son significativamente más grandes que las hembras, cerca de un treinta y tres por ciento. Medran más de 5 pies (uno con cinco metros) de largo y pueden pesar hasta trescientos cuarenta libras (ciento cincuenta y cuatro kilos). Las hembras por su lado pocas veces pesan más de ciento ochenta libras (ochenta y dos kilos).
Estos animales son llamados “osos de anteojos” debido a los grandes círculos blancos o bien semicírculos de piel blanca que presentan en torno a sus ojos, lo que da la apariencia estar llevando espejuelos. Tienen del mismo modo un pelaje áspero, negro y con marcas de color amarillento, en ocasiones de color colorado, en la cara y la parte superior del pecho.
Debido al tiempo caluroso en el que viven, la piel de estos osos es razonablemente más delgada que la de la mayor parte de otras especies de osos. Además, mientras que el resto géneros de osos tienen catorce pares de costillas, el de quevedos tiene solo trece. Otra diferencia notable es que los osos que nos ocupan no se ven necesitados de hibernar, en contraste a las otras especies conocidas.
Las garras de los osos de quevedos son largas, encorvadas y afiladas, lo que deja que sean utilizadas ciertamente por el animal para la escalada y para cavar en pos de comestibles, como los osos hormigueros y termiteros.
Sus extremidades precedentes son más largas que sus piernas traseras, lo que le ayuda a escalar a los árboles más sencillamente. Sus mandíbulas además de esto son realmente fuertes, de molares anchos y planos para asistirles a masticar aun flora dura, como la corteza de árboles.
Hábitat
Los osos de quevedos prefieren hábitats como los bosques tropicales de montaña y los pastizales alpinos. Viven eminentemente en el exuberante follaje de los bosques de altura, situados en las laderas de las montañas de los Andes, a alturas tan elevadas como los catorce mil pies (4 mil trescientos metros).
Estos osos bajan de las montañas solo en busca de comida, por eso hayan sido divisados en desiertos ribereños y estepas.
Respecto al hábitat, es esencial resaltar que la especie es más abundante en el lado oriental de los Andes, donde son menos frágiles a la colonización humana.
Dieta
Los osos de quevedos son eminentemente herbívoros, mas generalmente se clasifican como omnívoros.
Viajan eminentemente mediante los bosques para la recogida de fruta madura, bayas, cactus y miel. A lo largo de los periodos en que la fruta madura no está libre, asimismo se nutren de corazones de bambú, maíz y epifitas, unas plantas que medran sobre otras plantas llamadas bromelias.
De cuando en cuando, estos osos van a complementar su dieta con insectos, roedores y aves, si bien en promedio, solo alrededor del 7 por ciento de su dieta es carnívora.
Comportamiento
Los osos de quevedos son nocturnos, lo que quiere decir que son eminentemente activos a lo largo de la noche, sobre todo a lo largo de las horas del crepúsculo. En el día, se refugian en grutas, como en las raíces o bien leños de los árboles.
Son criaturas arbóreas y escaladores especialistas, por eso gasten un sinnúmero de tiempo alimentándose en los árboles. Su supervivencia depende en buena medida de la capacidad de escalar hasta los árboles más altos de los bosques de los Andes.
En el momento en que los osos están en los árboles, de manera frecuente edifican plataformas desde ramas rotas, como vía para llegar a más comida.
Esta especie no es muy territorial, mas sus ejemplares tienden a aislarse entre ellos, con el objetivo de eludir la competencia. Si se hallan con otros osos e inclusive un humano, reaccionan de una forma obediente mas prudente. Sin embargo, atacan si se sienten conminados o bien una madre percibe que sus cachorros están en riesgo, como hacen otros osos, puesto que este animal, sea la especie que sea, es muy protector con sus crías.
Los osos de quevedos asimismo son animales solitarios y en general solo se ven juntos a lo largo de la época de apareamiento. Debido a ese carácter solitario, los individuos de la especie acostumbran a ser criaturas muy sigilosas y solo cuando se hallan con otro oso es que ejecutan vocalizaciones.
Reproducción
Siendo una especie tropical de oso, la reproducción de los de quevedos tiene sitio a lo largo de todo el año, mas sobre todo de abril a junio. Los ejemplares alcanzan la madurez y empiezan a reproducirse entre la edad de 4 y 7 años.
La hembra puede dar a luz a uno o bien 2 cachorros cada 2 o bien 3 años y el periodo de gestación es entre 6 y 7 meses.
Las parejas reproductoras continúan juntas a lo largo de unas semanas una vez que ocurre el apareamiento. La hembra es capaz de planear su embarazo y el parto, para cerciorarse de que el nacimiento se genere unos noventa días ya antes del pico de la época de la fruta, de tal modo que haya exuberancia de suministros alimentarios. Si se generase una temporada donde los suministros de comestibles son escasos, el oso hembra puede retrasar la implantación a través de la que los embriones pueden ser absorbidos por el cuerpo de la madre, de manera que no dé a luz ese año.
Una hembra en estado además de esto edifica una guarida ya antes de dar a luz.
Los cachorros de la especie pesan entre diez y dieciocho onzas al nacer y sus ojos continúan cerrados a lo largo del primer mes de vida. Los cachorros además de esto continúan con su madre a lo largo de cuando menos un par de años, montando en su espalda cuando son pequeños, práctica a la que se ven forzados a abandonar tras ser ahuyentados por los machos adultos que tratan de aparearse con la hembra madre.
La esperanza de vida de un oso de quevedos puede ser de veinticinco años en el medio silvestre y treinta y seis en cautiverio.
Estado de Conservación
Esta especie se cuenta como frágil en la Lista Roja de Especies Conminadas de la Unión Mundial para la Naturaleza, puesto que su población está conminada por una serie de razones.
Los osos de quevedos son cazados por los humanos locales, que piensan que estos animales forman una amenaza para el ganado, ignorando que verdaderamente no comen grandes cantidades de carne. De igual forma, la agricultura extensiva y la tala han dado sitio a la pérdida de hábitat de la especie.
La vesícula biliar de los osos de quevedos se valora en las prácticas medicinales orientales, con lo que son cazados para este fin asimismo.
Ciertas estimaciones sugieren que solo hay en torno a 3 mil ejemplares de esta especie en el planeta silvestre.