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Caballitos de mar

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Los caballitos de mar

“¿Quieres ser mi caballito de mar?”, dijo la joven enamorada. Que románticos son nuestros pequeños caballitos de mar.

Bueno, antes de introducirnos en la vida amorosa de estos diminutos animalitos, vamos a dar una breve introducción sobre qué son, el origen de su nombre, etc.

 

Los caballitos de mar o hipocampos:

Su nombre se debe al peculiar parecido que presenta su cabeza con la de los caballos. El cuerpo está cubierto por una armadura de placas o anillos de constitución ósea. El tamaño de los adultos varía de acuerdo a la especie, desde el más pequeño Hippocampus satomiae, que fue descubierto en Australia y mide 14 mm de longitud, hasta el Hippocampus ingens que sobrepasa los 29 cm de longitud.

Caballitos de mar

 

Una pareja para toda la vida

Bien, creo que ya tenemos un poco claro la visión de cómo son, pasemos a lo que realmente importa. ¿Una pareja para toda la vida? Pues sí, se dice que el hipocampo es monogámico, conoce a su pareja y no la abandona durante el resto de sus días. Su fidelidad, incluso a veces, lo impulsa a dejarse morir si algo le sucediera a su compañera. ¿Parece un cuento de hadas? Pues sí, pero… ¿cómo no iba a pasar algo así con un animal tan mágico y legendario?

 

Otro dato muy curioso, es el siguiente:

Se observó una búsqueda activa de los machos, con preferencia por los ejemplares más grandes. ¿La razón? Los científicos piensan que se trata, simplemente, de una elección práctica, pues las mayores también producen los huevos y las crías más grandes, que son las que tienen más probabilidades de sobrevivir.

Y bueno, por último deciros que esta especie, está en serio peligro de extinción, ya que su población ha disminuido alrededor del 50% en la última década. Y que su captura sirve para el floreciente mercado de la medicina china o para venderlos como souvenir, muertos o vivos, como tristes mascotas.